Víctor Huerta (@victorhueerta)
No es nada sencillo subir a la máxima categoría del fútbol español, así que, cuando se consigue, hay que celebrarlo como tal. Y eso es lo que le tocó en la tarde-noche de ayer al Levante UD.
La primera parada del autobús levantinista fue la Delegación del Gobierno. Allí, Pilar Bernabé, delegada del gobierno, recibió al equipo enfundada en una camiseta ‘granota’. El club le regaló otra serigrafiada con “Delegació del Govern” y “Ascens a Primera”. Se entonó el “Som, som, som de Primera Divisió”.
La expedición del Levante puso rumbo al Palacio de la Baliya para hacer prácticamente lo mismo en la Diputació de Valencia. Les recibió su presidente, Vicente Mompó. El único cambio es que Mompó les recibió en traje en vez de con la elástica ‘granota’, así que, al igual que con Bernabé, el club le hizo entrega de una exactamente igual pero con “Diputació de Valencia” encabezando la camiseta.
Acto seguido, tocaba la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Allí no sólo les esperaba la Mare de Déu, también cientos de levantinistas detrás de las vallas de seguridad que los cuerpos policiales tuvieron que montar ante la congregación de gente. Los jugadores saludaron y se hicieron fotos con algunos aficionados antes de poner rumbo al Palau de la Generalitat.
En él, hablaron Carlos Mazón y el capitán del Levante UD, Vicente Iborra, que expresaba su felicidad por representar a la ciudad el año que viene en la máxima categoría del fútbol español.
La última parada institucional era el Ayuntamiento. Allí, ya empezaban a ser recibidos por los levantinistas que iban a reunirse en la su plaza para celebrar con los jugadores el ascenso. Eso debería esperar. Primero tocaba hacerse la foto con la alcaldesa, María José Catalá, y hacerle entrega, como no, de la camiseta conmemorativa del ascenso.
Cayendo la noche, llegaba el momento que todo el mundo esperaba. Los jugadores salían del Ayuntamiento para celebrar con los miles de aficionados que les esperaban en la fuente. Hablaron jugadores importantes como Oriol Rey, Sergio Lozano, también el entrenador, Julián Calero.
Mención especial a José Luis Morales. El capitán entonó el “Es una rata, Morales es una rata” que ha escuchado algunas veces durante esta temporada por parte de un sector de la afición que no le ha perdonado su marcha al Villarreal.
Fue el único ‘episodio negro’ en un día donde reunió el júbilo, la felicidad y la ilusión por parte de una afición que, tras tres años sufriendo en Segunda, han vuelto a Primera División.





