El manejo de esta patología en manos de un profesional permite la recuperación completa y la vuelta a la actividad deportiva

Redacción Valencia Capital Radio

La periostitis tibial es un dolor a lo largo de la parte interna de la tibia (el hueso de la espinilla) que suele estar provocada por correr o hacer otra actividad de alto impacto. También conocida como síndrome de estrés tibial medial, se caracteriza por la inflamación o irritación del periostio, que es una capa de tejido, como una membrana que recubre al hueso de la tibia.

Según explica Jairo Casal, responsable de la unidad de biomecánica del pie Podoactiva del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “este dolor aparece generalmente después de la actividad física y suele estar asociado al ejercicio de correr o de realizar grandes caminatas.  De hecho, se estima que la periostitis tibial afecta a entre el 10 % y al 16% de runners”.

El principal síntoma de la periostitis tibial es dolor en la parte interna de la tibia a partir de la mitad de la pierna hacia abajo y empeora al palpar o presionar sobre la zona o al realizar actividad deportiva de impacto. Incluso en algunos casos más severos, se puede llegar a observar un enrojecimiento o inflamación en la zona.

Causas 

En general, la periostitis tibial ocurre cuando el músculo y el tejido óseo (periostio) de la pierna trabajan en exceso por la repetición de actividad. “Algunas de las causas relacionadas con su aparición, -comenta el especialista-, son los deportes donde se producen impactos sobre superficies duras de manera repetida; el aumento de la intensidad o duración del ejercicio deportivo; la falta de preparación muscular previa y adecuada a la hora de entrenar;  tener pie plano o arcos con una rigidez anormal o una mala biomecánica del pie, principalmente por exceso de pronación”, subraya el profesional. 

“El calzado inadecuado, -afirma Jairo Casal-, también influye por eso es importante que se elija acorde con el peso, ritmo de carrera, tipo de pisada, etc.) y hay que evitar el desgaste excesivo de la amortiguación del calzado. No hay que olvidar la morfología de la tibia del paciente, como pueden ser las tibias varas (tibias arqueadas en paréntesis) que pueden además favorecer este tipo de lesión”

Tratamiento

El manejo de esta patología en manos de un profesional permite la recuperación completa y la vuelta a la actividad deportiva. “Los pacientes, -explica Jairo Casal-, suelen tener mejoría con el reposo y aplicación de frío, pero al volver a hacer deporte, suele aparecer el dolor en la mayoría de los casos. Por eso, además del reposo o disminución de la práctica deportiva y tratamiento de fisioterapia para reducir la inflamación e irritación de la zona, se deben eliminar los factores que causan la lesión. En este sentido es importante que un profesional realice un estudio biomecánico de la pisada donde se pueda analizar la forma de correr, el tipo de calzado, los movimientos articulares y las cargas e impactos que se producen durante la carrera».

En caso de existir alguna deficiencia a nivel biomecánico, se valorará el uso de unas plantillas personalizadas mediante la tecnología patentada a nivel mundial del 3D Scann Podoactiva para una correcta adaptación. 

“Además de utilizar un calzado adecuado y plantillas si es necesario, se debe preparar los músculos para el entrenamiento, estirando después de realizarlo y calentando antes del ejercicio, y evitar entrenar en terrenos con suelo irregular y excesivamente duro como asfalto”, afirma el profesional. 

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