La 27º edición del Desfile de perros en busca de un hogar organizado por la Fundación BIOPARC y la protectora Adopta Un Perro Abandonado (A.U.P.A.) se ha celebrado este domingo con la ilusión de muchos “finales felices”

Redacción Valencia Capital Radio
Como presagio de que algo realmente bueno tenía que suceder, el sol ha hecho acto de presencia ahuyentando las nubes y llovizna y dando paso a una agradable mañana pre-Navidad. Con esta ilusión lo han vivido canes como Luz, que fue encontrada tras un doloroso impacto, posiblemente por un atropello; Leo, salvado de ahogarse en una acequia; Caín, que vivía atado en un campo hasta que fue rescatado por la policía; y también Grey, Dior, Diana, Baltasar o Café. Todos ellos han lanzado sus flechas de amor para llegar al corazón de algunas personas que ya han mostrado su interés en ir a verlos a las instalaciones de la protectora Adopta Un Perro Abandonado (A.U.P.A.), que organiza este Desfile de perros en busca de un hogarcon la Fundación BIOPARC. La plaza de acceso del parque valenciano de conservación de la naturaleza congregaba a cientos de asistentes en la 27ª edición de este evento solidario que tiene como objetivo denunciar el abandono, así como potenciar la adopción y tenencia responsable de animales.
La presentadora de À Punt Noticies Migdia, Rosa Romero, ha ido acercando las historias de estos maravillosos perros entre los que se encontraban algunos del refugio de Modepran que todavía acoge animales víctimas de la DANA. Se han conocido las estremecedoras vivencias de Conde que ha sufrido un doble trauma, el maltrato humano y la devastación del refugio de Carlet, como también lo padecieron Kairo Pimienta, Pitón, Moroto o Lua, que estaban en el momento de la tragedia. Igualmente ha llamado la atención Bella, que iba parándose a medida que recorría la “pasarela” buscando ese cariño que tanto echa en falta. Un “llanto” colectivo ha despertado la primera en salir, Lila, que lleva 12 de sus 13 años bajo los cuidados del personal de A.U.P.A. y que, pese a su timidez, iba avanzando acompañada de una voluntaria que le animaba con premios. Pese a que algunos canes evidenciaban al principio su extrañeza, el afecto y cercanía del público despertaba su “amor” por los humanos y las caricias, abrazos y “lametones” daban cuenta del impresionante ambiente de compromiso con el bienestar de los animales.
A lo largo del encuentro se ha hecho hincapié, especialmente en estas fechas, sobre que los perros no son un juguete ni pueden ser un regalo que después sea “indeseado”. Tras haber sufrido el maltrato que supone un abandono, la adopción debe realizarse desde la responsabilidad y el conocimiento. A cambio, estos animales nos brindan su estima y lealtad incondicional. Muchas de las personas han destacado la importante labor que se lleva a cabo por las protectoras, así como la necesidad de seguir desarrollando estos Desfiles de perros en busca de un hogar para dar luz sobre esta problemática y que todos estos perros que parecen “invisibles” encuentren una familia que les aporte ese calor que tanto ansían.