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La opinió de Paco Lloret: «El órgano instructor»

Paco Lloret

Bajo la falsa apariencia de ser un club estructurado como sí lo fue en épocas pasadas, el Valencia, a través de un supuesto órgano instructor, ha decidido incoar expediente sancionador a uno de los suyos por un incidente acaecido durante el Trofeo Naranja en las proximidades del palco. Esta zona privilegiada de Mestalla es territorio comanche para cualquier valencianista que no guarde la debida obediencia a Meriton y a cualquier miembro de su cohorte de colaboracionistas. Peter “destroyer” Lim no admite quejas ni protestas. Las desavenencias están penadas con el destierro. 

Al aficionado en cuestión se le puede aplicar un castigo que va desde dos años hasta la perpetuidad sin entrar en ninguna instalación del club. El motivo se fundamenta en sus gritos y en un supuesto lanzamiento intencionado del envase de plástico de una botella de agua contra quién ocupa la presidencia: la señora Lay/Lie Hoon Chan. Para darle mayor rimbombancia al comunicado, que ha hecho público el afectado, se habla en el texto de una Comisión de Disciplina Social y se remiten al articulado de los estatutos de la entidad para fundamentar la decisión. En definitiva, se trata de envolver de legitimidad jurídica y de normalidad social lo que es un ajuste de cuentas. 

Aquellos que se han significado por su disidencia y no han tenido miedo a las consecuencias que podían acarrear sus protestas se encuentran en el centro de la diana. El desliz cometido por el aficionado en cuestión es aprovechado para demostrar que no les tiembla el pulso ni se paran en otras consideraciones. Disciplina ejemplarizante con el propósito de extender el miedo entre los opositores a la dictadura importada de Singapur. Se trata de enviar un mensaje a quienes tengan la osadía de desafiar a quién ha convertido el Valencia en su cortijo con la mayor desfachatez. Órgano rector y comisión de disciplina social, dos nuevas figuras para el universo de la impostura que campa a sus anchas por Mestalla.

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