Extraordinaria novillada de El Juli, con dos novillos de vuelta al ruedo.
La segunda novillada anunciada, cuarto festejo del ciclo fallero, estuvo marcada sobre todo por el
gran lote enviado por El Juli, propietario y ganadero de la divisa de El Freixo, que es como se
anuncia en los carteles. De los cinco novillos que lidió, excepto el quinto, los otros cuatro fueron de
triunfo cantado. Sobretodo tercero y sexto, el lote de Nek Romero, que fueron bravos, con fijeza y
recorrido incansable. A ambos se les dio la vuelta al ruedo en el arrastre. La función contó con un
primer astado de La Cercana, que también resultó bueno.
Con todo ello, el único que desató las mejores ovaciones de la tarde fue el valenciano de Algemesí, Nek Romero, debutante con picadores en Valencia. Sus dos faenas tuvieron mucha entidad, sentido bueno del toreo, de valor seco. Muy parecidos ambos trasteos, con llegada inmediata a la gente.
Lástima que se atascara con la espada, pues las dos faenas pudieron ser bien premiadas con dos
orejas si hubiera estado acertado a la hora de matar.
CNi Víctor Hernández, debutante en Valencia, ni Álvaro Burdiel, lograron calentar de verdad a la
gente. Ambos son dos novilleros hechos, pero que se perdieron en faenas siempre venidas a menos.
Estuvieron por debajo de sus oponentes, excepto Burdiel en el quinto, la oveja negra del gran lote
que se lidió en esta novillada.
Ficha del Festejo
Cinco novillos de El Freixo y uno (1º) de La Cercana, bien presentados. A tercero y sexto se les dio
la vuelta al ruedo en el arrastre. En conjunto, una gran novillada. El quinto, manso, fue la exepción.
Víctor Hernández: saludos y vuelta al ruedo.
Álvaro Burdiel: saludos y vuelta al ruedo.
Nek Romero: saludos tras aviso y oreja tras aviso.
Plaza de Valencia, 14 de marzo. Menos de media. El banderillero Raúl Blázquez fue cogido al
poner un par en el tercero. Se le asistió en la enfermería de traumatismo torácico, luxación de la
clavícula derecha, varetazo y hematoma en la región dorsal derecha. Pronóstico reservado,
pendiente de estudio.
Vicente Sobrino